Parece que fue hace un siglo, que te conocía sin conocerte.
Parece que de pronto las palabras se me quedaron muertas.
Pensarás en otro desvelo, hasta donde llego a ser sincera
y va a dolerte un poco aprenderte mis carencias.
Ojalá me quieras.
Te lloré esta mañana, entre las sábanas revueltas, mis últimas defensas.
17 may 2009
Paradoja
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