28 abr 2007

Un duende mágico en este cuento...

Julián



El de la risa mágica













El del corazón dormido













El de los rayitos de sol

27 abr 2007

26 abr 2007

Hadas amigas*



El día fue largo. Frío. De abrazos necesarios. De alivios. De celulares llamando con llamados sepulcrales. De ganas de llegar a casa. De dormir.

Y varias veces en estos días pensé en vos. En que te ando extrañando. En que quiero contarte. En que me andás esquivando por tus propios silencios. En cómo ayudarte. Me tenés preocupada.


Y llego a casa con el trabajo en los hombros y algunas respuestas mal dadas. Pensando en que dirías si te contara. Sabiendo tu respuesta.

Prendo la compu para repasar el blog medio abandonado. Es que cómo te dije antes, el día fue largo y ayer también. No paré ni para escribir una línea.
Empiezo a leer los comentarios nuevos, cómo hago siempre antes de responder; una leída rápida a todos y después a detenerme en cada uno. Hago click en los coments de "Ojos limpios" dos post más abajo y así cómo si nada me encontré con tu minúscula "mi reencuentro con carito no fue hace demasiado tiempo". En esa frase me estás diciendo "Hey! yo te conozco de la vida". Acto seguido miré la extensión del coment y cómo loca busqué al firmante. Fueron milésimas de segundo hasta descubrir tu nombre. Y en esa "milesimidad" se me cruzaron muchas personas. Debo reconocerlo, no pensé automáticamente en vos.
Cuándo te leí firmando el corazón me dio un salto. Se me aceleró. Y me preparé para recibir tu regalo. Es que sé que tus palabras escritas son especiales.

Y empecé a leerte. De golpe entendí que me estás viendo cómo a tras luz, que me captaste la esencia, que me mirás la mirada, me rescatás la ternura, que decís manito y no mano, que me recordás los gestos, que me ponés a mi altura. Me reconocés los cambios, me acompañás los procesos, me escuchás los hartazgos y te hartás de mis charlas. Igual que hace 14 años.

Y lloré antes de llegar a la mitad. Te juro. Y no te imaginás cuánto necesitaba tus palabras. Ni yo me había dado cuenta.

Entonces caigo en la cuenta de que a pesar de los años de distancia podés verme tal cuál, cómo sólo dos de la personas que leen este blog pueden hacerlo (sí, ustedes dos).

Entiendo al leerte diciendo "Lo que se ve es el haber dado el paso, el más difícil, el más significativo, para decir 'yo estoy acá ", que aunque no sepas todos mis detalles, aunque te hayas salteado la mayor parte de la historia podés ver mis desgarros, podés sufrirlos un poco y deseás por momentos llevar la carga un rato para alivianarme el peso. Y vuelvo a llorar con las lágrimas contentas de tenerte.

Y de repente me siento terriblemente segura, por qué sé que estás. Que acompañas. Que tenés la nobleza para dejar de lado tu mundo y reconocer mis progresos. Tenerte en mi vida me hace mejor persona. Me hace estar a la altura del gesto que captáste.

Y sigo leyendo y me encuentro con "así que creo en este post, en esta nueva caro, en esta caro cuyas heridas se cierran, y aunque alguna cicatriz quede, ya no va a doler como antes" tus palabras caen como bendición. No tenés ni idea de lo que las necesitaba. Cuánto necesitaba que creyeras en mí. Cuántos pasos me hiciste adelantar con tu frase. Me aseguraste. Me diste aliento. Me diste más historia. Me hiciste echar otra raíz. Me hiciste terminar de convencerme de que el camino que vengo andando es el correcto.

Termino de leer y cómo loca tengo ganas de que estés al lado para darte el abrazo que nunca nos dimos. Para decirte Gracias. Entonces pienso contestarte en un coment pero sería demasiado largo y no alcanzaría, mejor te mando un mail para que te quede siempre pero me parece demasiado poco. Y mientras sigo moqueando pienso "¿Qué es lo mejor que puedo darle?". Lo mejor que puedo darte es mi escritura. Cómo dice al costado del blog "Lo más sincero que puedo regalarte es aquello que alguna vez he escrito. Es lo que llevo en las entrañas y lo que nace de mis luchas internas. Es mi esencia lo que te estoy dando en ese regalo".

Y por eso este post. Es muy personal. Entre vos y yo (pido disculpas al resto de los lectores, pero necesitaba este espacio). Te lo merecías. Este espacio para vos. Para decirte gracias. Para darte un poco de aliento. Para que la soledad no te pese tanto. Para que sepas que quiero ayudarte a terminar esa despedida. Porque yo también me salteé parte de tu historia pero se bien dónde te duelen las canciones. Dónde te pesan las angustias. Dónde te paralizan los miedos. Dónde te encierra el desgano. Quiero ayudarte a pelearla. Quiero que ojalá encuentres en alguna de todas estas palabras la fuerza y la confianza que me acaban de dar las tuyas.


Para Verito. Mi amiga. Mi compañera de banco. La de palabras escasas. La de las cartas. La de las esperas eternas en el árbol. La de los caminos de ida. La de los años pasados. Una de las mujeres de mí vida.

Cosas de la amistad. Encontrarse con gente que a una la hacen mejor persona. De esos tengo a Verito y a tres más. Ale, Cele y Pachu. Para uds. también hay.



PD: Negra!!! Tenías razón! Era ruso.


*En respuesta al coment dejado por Verito en "Ojos limpios".

20 abr 2007

Ojos limpios


La noche se presenta un tanto abismal y por ésta vez quiero hacerla diferente. Quiero salir triunfante. Con los ojos limpios y la conciencia calma. No hay quién por fuera de mi historia. Yo la escribo. Me escribo. Y desde lejos digo basta. El límite es propio. El límite también tiene que ser para esos ojos. ¿Para qué rondar el abismo si la risa sigue por otros lados?. ¿Para qué perderme en convulsionadas confesiones? ¿Para qué apostarle a imposibilidades borrachas?. Yo estoy en paz, aunque la noche se presenta un tanto abismal. Podrás llorar lo que quieras. Podrás perderte en ausencias. Seguramente yo pueda quedarme tranquila. Mañana será otro día.

14 abr 2007

Si fuera hada. Si no fuera dragón


"Soy yo dentro de mi misma. Sabiendo que lo que no va a suceder ya esta llegando. Ya llegó y ya se fue."

Entonces, justo entonces, es cuándo quisiera ser hada.
Irradiaría esa luz de ángel, tendría la gracia del elfo, la vitalidad de un duende, la voz de la sirena y la sabiduría de un mago.
Podría sonarte a melodía celta, saberte a tibieza y pan.
Me transformaría en herencia, historia y sería el cofre de oro al final de tu arco iris.
Me volvería liviana como la niebla en esa colina y suave como el viento en las ramas del bosque. Frágil cómo ese haz de sol.
Encerraría el misterio de la historia que persigues, la moraleja de la leyenda que cuentas, la dulzura del cuento de hadas que sueñas y la creatividad de la historia sin fin que escribes.
También en éste camino de fantasía, por momentos tendría la fiereza del dragón, el filo de la espada, la tristeza de las brujas y la soledad del llovizón. Pelearía algunas batallas. Sería instante en tus guerras.
Es mi esencia, mi veneno que no se cura nunca ni con pócimas ni con ausencias. Pero pasada la brabura de esa tempestad, mi piel volvería a ser traslucida, mis curvas etéreas, mis ojos brillantes. Tendría flores en el pelo, mariposas en la panza y destellos en el alma. Los ocasos serían siempre naranjas, las lunas siempre llenas y vendrías cada noche a morir y renacer en mis manos, acariciando mi espalda justo entre la volatilidad de mis alas....
Si fuera hada.
Si no fuera dragón.


Tópicos de las de mi generación

Hay en la vida de las mujeres de mi generación determinados tópicos por los cuáles seguramente hemos pasado casi todas. Los dividí en edades que han sido representativas en mi historia personal pero no necesariamente se dan en ese orden

A los 13: La menstruación y la clase de gimnasia.
En la secundaria, fingir un terrible dolor de ovarios para evitar la clase de gimnasia y quedarse a un costado del playón. Hipotéticamente, durante esos 5 años, menstruaba al menos dos meses al mes.

A los 19:El Test de embarazo comprado en vano.
Entrás a la farmacia con el susto en las manos y un atraso de 6 días. "Es imposible, no cuidamos. No estoy ni a palos. Seguramente son los nervios." son las frases que se repiten.
Le pedís al farmacéutico " Un Evatest......." . Así bajito porque ni vos querés escucharte.
Corrés al primer baño que puede ser un Mc Donal´s, la casa del novio, el del laburo. Rara vez el de la propia casa. Te devorás las instrucciones (cómo si no las supieras de memoria) y hacés pis.
Esperás los interminables 90 segundos hasta que aparezca la única rayita. Esa que te devuelve el alma al cuerpo, te aleja de la maternidad y te deja diciéndote "Lo hubiera hecho antes, que boluda".

A los 23: La Ropa de estar flaca.
Hay en todos los placards un pantalón guardado "para cuándo esté flaca". Es un pantalón que usamos por ultima vez cuándo teníamos 18 o 20 cómo mucho. De tanto usarlo capaz que está gastado entre las piernas. Es ese que cada tanto, una vez al año ponéle, nos probamos esperando que suba al menos por arriba de los glúteos. No importa si nunca nos vuelve a cerrar pero el día que pase los glúteos nos sentiremos conformes.

A los 25: La depresión, el chocolate y la película de llorar.
El te dejó. Irremediable. Irrefutable.
Te toca entonces deprimirte. Es sábado a la tarde, llueve y en TNT dan una de llorar, " Otoño en Nueva York" ponéle. Pésima, destructiva, absurda la peli y vos también. Te tirás en la cama o sillón con el chocolate más grande y el jogging más rotoso que pudiste conseguir. Los pelos crespos de tanto encierro y los ojos calientes de tanta lágrima. Durante las siguientes dos horas serás la visión más clara de la auto flagelación.

A los 28: El regocijo de verlo volver con el caballo cansado.
No importa si pasaron 3 años, 1 mes o 10 minutos. Ellos siempre vuelven y nosotras, a ésta altura, ya lo sabemos.
Esa es la mejor parte, no porque quieras volver a "algo" con él sino por el regocijo de verlo así, tan desvalido, casi ridículo. Es el momento que disfrutás de ver su número en el visor de tu celular una y mil veces y mandarlo al contestador. Te deja flores en el trabajo, llama a tus amigas preguntando por vos, te espera a la salida del gimnasio, te manda mensajes de texto con un bochornoso "Te extraño". Ahí es cuándo recordás los sábados de peli de llorar y chocolate; tus colmillos se hinchan de ponzoña y tu autoestima también.
Te sentís un poco arpía y descubrís que se siente muy bien.

En algún momento antes de los 30: La elección
Hay un momento en la vida en el que sentís que tenés que elegir. Tu carrera o tu casa. Tu trabajo o tu hobbie. Tu novio o tu amante. Tu mamá o tu papá. Tener hijos o graduarte. Comprar un auto o hacer un viaje. Ahí entendés, probablemente después de haber hecho unas cuántas elecciones equivocadas, que no es tanto cuestión de elegir; que con mucho empeño podés tenerlo Todo.
Sabés también que seguramente ese Todo nunca se concrete pero aprehendés que lo interesante es lo que pasa en el medio.

10 abr 2007

El miedo a la lágrima

Había pasado mucho tiempo, tanto que ni recordabas cuándo había sido la última vez. ¿No?
Es que claro, pensabas que ya no había más desamor posible, que no había nadie más que pudiera volver a dolerte. Que la próxima vez sería más sencillo porque que te parece imposible que no te quieran una vez más.
Y tenés miedo del miedo y entonces decidís dejar de pensar porque pensás que si dejás de pensar todo va a desaparecer y contrariamente a eso todo se vuelve más difícil. Porque dejaste de pensar y empezaste a sentir. Sin querer. Inocentemente. ¿Viste? y vos que decías que no te quedaba inocencia.

Y entonces sentís que te gustaría intentar. Probar. Conocer un poco más. Dejarte conocer. Es que las barreras que has puesto ya te pesan mucho, te aburren y tenés ganas de que quieran cruzarla. Cruzarte.

Estás en la instancia en la que las caricias no sólo te exitan, también te unen y ese dedo bajando por la espalda no sólo es parte del juego sino que pareciera ser una extensión de tu piel.
Es el momento en que empezás a oler. No el perfume. La piel. Y te enloquece. Y lo decís. Y sí él pregunta "¿A que huele?" sin dudarlo decís "A Vos".
Y empezas a notar que nunca nadie antes te había acariciado los pies cuándo llegas helada y con frio, que no necesitás palabras si te mira de esa forma y agradeces por lo bajo que siempre, siempre insista con que te quedes a dormir y a comer y a dormir otra vez. Es que claro, la otra noche entre penumbras te hizo estremecer.

Y es ahí dónde te das cuenta de que semejante intimidad no se condice con esa ausencia brutal. Racionalmente entendés el juego pero sabés, siempre supiste, que la pasión; tu pasión es irracional igual que el miedo.
Sabés a dónde te va a llevar éste indefectible camino de caricias, miradas y ausencias. Sabés que no hay carrozas sino calabazas, que el caballo blanco no es más que un ratoncito asustado y qué el príncipe trae consigo una enorme mochila cargada de destierros. Y claro, no es que vos te creas princesa ni mucho menos. Al contrario sos consciente, muy consciente que no querés ser parte de un cuento. Querés ser real, humana, con posibilidad de error.
Entonces volvés a sentir. Y caés en la cuenta que ya pasaron juntos insomnios y sueños. Sobriedad y borrachera. Pasión y ternura. Verborragia y silencio. Ganas y tedio. Pero algo te falta.
Y otra vez te vuelve a la mente esa noche de carnaval, cuándo él quiso sentir el latido de tu corazón con su mano y no lo encontró. Y deseás con toda tu alma que en el próximo encuentro él lo busque otra vez. Por qué ahora sí, tu corazón empezó a latir.

7 abr 2007

Quiero ser cuento, mensaje, fantasía

Necesito dejar de escribir sobre mí. Quiero dejar de tener una introspección permanente. Quiero aprehender a escribir historias que no sean mi historia. Quiero ser cuento, mensaje, fantasía. Ya no quiero seguir mirándome el ombligo emocional. O al menos no todo el tiempo. no toda mi prosa.
Quiero aprehender a escribir ficción..
Por eso les pido a mis lectores que me cuenten una historia, que me manden un par de frases o al menos una palabra que me ayude a empezar una historia que no sea mía. Que sea de ustedes. "Prestame tu propia aventura".
No es falta de imaginación lo mío. Es incapacidad de salir de la primera persona.
Pueden dejarme su indicio en un comment o por mail a stamp46@hotmail.com

5 abr 2007

No!! No entraste en otro blog soy yo que cambié el diseño!!!! Psst.. eh! no cierres el explorer!!!

Bien.
Cómo es evidente hice ciertos cambios en este blog... colores, medidas, fotos.
Convengamos que la esencia es la misma. La que escribe sigo siendo yo. Para los que no me conocen ahora sabrán algo, alguito más de mí y los que sí me conocen seguro dirán algo del fondo oscuro, de la letra cursiva, etc. Cómo siempre acepto sugerencias pero les pido que sean considerados ya que me quedé hasta las 6 am con esta historieta.
Saludetes