26 abr 2007

Hadas amigas*



El día fue largo. Frío. De abrazos necesarios. De alivios. De celulares llamando con llamados sepulcrales. De ganas de llegar a casa. De dormir.

Y varias veces en estos días pensé en vos. En que te ando extrañando. En que quiero contarte. En que me andás esquivando por tus propios silencios. En cómo ayudarte. Me tenés preocupada.


Y llego a casa con el trabajo en los hombros y algunas respuestas mal dadas. Pensando en que dirías si te contara. Sabiendo tu respuesta.

Prendo la compu para repasar el blog medio abandonado. Es que cómo te dije antes, el día fue largo y ayer también. No paré ni para escribir una línea.
Empiezo a leer los comentarios nuevos, cómo hago siempre antes de responder; una leída rápida a todos y después a detenerme en cada uno. Hago click en los coments de "Ojos limpios" dos post más abajo y así cómo si nada me encontré con tu minúscula "mi reencuentro con carito no fue hace demasiado tiempo". En esa frase me estás diciendo "Hey! yo te conozco de la vida". Acto seguido miré la extensión del coment y cómo loca busqué al firmante. Fueron milésimas de segundo hasta descubrir tu nombre. Y en esa "milesimidad" se me cruzaron muchas personas. Debo reconocerlo, no pensé automáticamente en vos.
Cuándo te leí firmando el corazón me dio un salto. Se me aceleró. Y me preparé para recibir tu regalo. Es que sé que tus palabras escritas son especiales.

Y empecé a leerte. De golpe entendí que me estás viendo cómo a tras luz, que me captaste la esencia, que me mirás la mirada, me rescatás la ternura, que decís manito y no mano, que me recordás los gestos, que me ponés a mi altura. Me reconocés los cambios, me acompañás los procesos, me escuchás los hartazgos y te hartás de mis charlas. Igual que hace 14 años.

Y lloré antes de llegar a la mitad. Te juro. Y no te imaginás cuánto necesitaba tus palabras. Ni yo me había dado cuenta.

Entonces caigo en la cuenta de que a pesar de los años de distancia podés verme tal cuál, cómo sólo dos de la personas que leen este blog pueden hacerlo (sí, ustedes dos).

Entiendo al leerte diciendo "Lo que se ve es el haber dado el paso, el más difícil, el más significativo, para decir 'yo estoy acá ", que aunque no sepas todos mis detalles, aunque te hayas salteado la mayor parte de la historia podés ver mis desgarros, podés sufrirlos un poco y deseás por momentos llevar la carga un rato para alivianarme el peso. Y vuelvo a llorar con las lágrimas contentas de tenerte.

Y de repente me siento terriblemente segura, por qué sé que estás. Que acompañas. Que tenés la nobleza para dejar de lado tu mundo y reconocer mis progresos. Tenerte en mi vida me hace mejor persona. Me hace estar a la altura del gesto que captáste.

Y sigo leyendo y me encuentro con "así que creo en este post, en esta nueva caro, en esta caro cuyas heridas se cierran, y aunque alguna cicatriz quede, ya no va a doler como antes" tus palabras caen como bendición. No tenés ni idea de lo que las necesitaba. Cuánto necesitaba que creyeras en mí. Cuántos pasos me hiciste adelantar con tu frase. Me aseguraste. Me diste aliento. Me diste más historia. Me hiciste echar otra raíz. Me hiciste terminar de convencerme de que el camino que vengo andando es el correcto.

Termino de leer y cómo loca tengo ganas de que estés al lado para darte el abrazo que nunca nos dimos. Para decirte Gracias. Entonces pienso contestarte en un coment pero sería demasiado largo y no alcanzaría, mejor te mando un mail para que te quede siempre pero me parece demasiado poco. Y mientras sigo moqueando pienso "¿Qué es lo mejor que puedo darle?". Lo mejor que puedo darte es mi escritura. Cómo dice al costado del blog "Lo más sincero que puedo regalarte es aquello que alguna vez he escrito. Es lo que llevo en las entrañas y lo que nace de mis luchas internas. Es mi esencia lo que te estoy dando en ese regalo".

Y por eso este post. Es muy personal. Entre vos y yo (pido disculpas al resto de los lectores, pero necesitaba este espacio). Te lo merecías. Este espacio para vos. Para decirte gracias. Para darte un poco de aliento. Para que la soledad no te pese tanto. Para que sepas que quiero ayudarte a terminar esa despedida. Porque yo también me salteé parte de tu historia pero se bien dónde te duelen las canciones. Dónde te pesan las angustias. Dónde te paralizan los miedos. Dónde te encierra el desgano. Quiero ayudarte a pelearla. Quiero que ojalá encuentres en alguna de todas estas palabras la fuerza y la confianza que me acaban de dar las tuyas.


Para Verito. Mi amiga. Mi compañera de banco. La de palabras escasas. La de las cartas. La de las esperas eternas en el árbol. La de los caminos de ida. La de los años pasados. Una de las mujeres de mí vida.

Cosas de la amistad. Encontrarse con gente que a una la hacen mejor persona. De esos tengo a Verito y a tres más. Ale, Cele y Pachu. Para uds. también hay.



PD: Negra!!! Tenías razón! Era ruso.


*En respuesta al coment dejado por Verito en "Ojos limpios".