Huele ya a amanecer y yo que nunca había escuchado el ruido de una lágrima.
Quiero entonces, tirarle piedras a esta irrespetuosa mañana y que se apague el vaivén del mar en mi cama.
Para poder quedar en blanco los recuerdos que me despiertan el sueño.
Para que los lugares no lleven tu huella y que el verano se muera de una vez en tu casa.
Que la preguntas por tu nombre no me rompan el alma.
Quiero anestesiar un poco este silencio forzado y comprender de repente que quererte no fue para tanto.
Pronto, van a empezar a caer las hojas.
21 mar 2009
Mañana
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