18 ene 2008

Una de hadas, piratas y Walt Disney

Los días se apuran por llegar a la mitad de enero y un tango resuena mentiroso entre la electrónica de esa noche que parecía muerta antes de empezar.
De entre la gente, a un paso del amanecer de ese sábado chistoso, sale volando un beso sin destino al que arribar. Ella sonríe con ojos de reina asustada y disimula. Él se acerca, desconocido y perfecto. Comparten el último cigarrillo y el primer beso. Otra alma robada. Otras manos con nido. Otros ojos perdidos.
Podrían haberse subido a cualquier taxi que los lleve, fantasmas, a cualquier lugar. Afuera se hacía de mañana y la gente se apuraba. Cada cual por su lado, cada cual a su cama. Los amores que ella anda rondando son siempre a última vista.
Y la noche siguiente a cualquier mañana ellos fueron a encontrarse. Llevaron humo, viento y beso. Llevaron upa, mimo y risa. Llevó él quien sabe que cosa adictiva en su piel. Llevó ella su costumbre de caza furtiva escondida en los ojos. Ganas de caer y volar. De armarse. Romperse. Tentados.
Vino él a querer decirle a ella de sus compromisos. Se escapó ella diciendo que de demandas y de juicios no. Se quedó un poco prendido de esa rara forma de libertad. Y se fue de madrugada rengueando la mejor noche de sus noches. Pidiendo permiso para traer sus ojos alguna tarde, para dejar que se queden a dormir sus sueños alguna noche. Y ella, con el corazón guardado en la heladera que guarda a Disney, le rió una risa suave. Le besó los labios nuevos y le prometió algo así cómo un quizás.
Amaneció sin querer una mañana de estas con el niño y no tenía mojada el alma. Nunca quiere saber nada con las mendicidades del alba compartida pero ese día el cansancio le ganó. Él soñó una noche en su almohada. Ella se tragó la excepción. Él siempre llama para hablar. Ella se ríe tierna y atiende una vez más. Él se fue a pensarla lejos. Ella no sirve para esperar.
Siempre se está robando almas con dueño. Siempre se está escapando a tiempo.
Siempre prefiere ser Campanita disfrazada de Garfio antes que Cenicienta puesta a esperar.