11 dic 2007

Tercera persona

"Quiero acariciarte lento, hace días que no te veo" escribió él un poco extraño un poco olvidado justo cuándo a ella la soledad le amenazaba la noche libre.
Es que tenía el cuerpo ardido de tanto sol, el alma rebalsada de miradas de puñales, de domingos y de quedarse sin palabras. A las 12.30, con su vestido negro a medio estrenar y el pelo a medio recoger bajó a abrirle. Él, con la remera a rayas que usaba el día que se conocieron la miró seducido. Subieron con un beso en cada piso y el ascensor quedó largo rato detenido en caricias a escondidas, gemidos inescrupulosos y en miradas furtivas.

"No me mires fijo a los sentidos, no te duermas en mi nido
No me nombres ni me digas besos al oído
Ni se te ocurra hablarme de amor esta noche, no importa de que tono de verde son mis ojos
Concentrémonos mejor en el escote de mi vestido
¿Querés tomar algo? No a mí no podés quererme
Dame un beso en los labios, si también en el cuello
y decime otra vez muñequita
Sí claro, podés tener por un rato mi piel,
dame otro beso antes que la falta de palabras nos haga rehenes de tiempo completo
No corazón, no es que yo sea un fantasma soy más bien la casa embrujada que los fantasmas habitan, sí ya sé que no entendés
No tengo mucho para contarte y los pájaros que cantan un minuto antes del alba por suerte esta noche están dormidos
No perdamos el tiempo que pronto amanece y no puedo darte otra nochedía
Mi piel está ardida, la tuya un poco herida. Ya no me queda ni el vacío
Acariciame despacio y andate sin hacer ruido
Voy a vestirme para acompañarte a la calle que te lleva al olvido
Voy a decirte callada que no me cuerdo a veces bien tu nombre y que no pretendo que te acuerdes el mío
No, no podés quedarte a dormir
Es que esta noche sólo quiero quedarme acompañada de la imagen de esos ojos
no lindo, no los tuyos
los de él, tan minúsculo, tan presente de repente
tan ausente desde siempre
Volvé a tu casa y devolvéle tu alma a su dueña, decíle con un beso que me disculpe por robársela un ratito
Gracias por los amores que me hiciste y por los regalos que le diste a mi cuerpo esta noche
Te acompaño hasta abajo
Voy a darte otro beso y a pedirte un último favor
¿Cuándo estés saliendo podrías seducir a mi soledad y llevártela de la mano?
Yo voy a subir a bañarme para sacarme tu perfume
no, no es que no me guste,
es que últimamente a penas puedo con el mío"