31 oct 2007

Parecer (es)

Esta noche (31/11/07):
Parece que entendiste.
Que no, que la distancia esta vez no es parte del juego. Que no hay más vueltas por dar, ni cuerpos por desnudar, ni anillos por quitar.
Parece que mi ausencia hizo mucho más que mi presencia, que la guerra de egos terminó siendo una guerra fría y que ya ni cerca estamos de los que fuimos. Ya entendiste que no me alejé para que vengas a buscarme, que ya no busco tus manos y no por que no las necesite. Ya estamos más libres y el corte no me favorece.
Parece que te dormís a veces acordándote de mi risa, que me buscás a veces en los días fijos, en las rutinas. Parece que yo no puedo con todo. Parece que no nos queda ni la pena. ¿ Te acordás cómo era dormir en la cama siendo amigos? Parece que no voy a volver a enfermarte.
No hermano, no estoy triste ni enojada ni expectante ni asustada. Todo resultó cómo debía. Dos cuerpos, un triángulo. O dos.
Parece que ya no puedo idealizarte. Jugar juegos. A perder. A dejarse ganar. A no jugar más.
Lo extraño es que pasen los días tan iguales. Que vacía que es la nada. Que fríos se me volvieron los recuerdos. Que apretados se me quedan los dientes ante tus letras. Parece que los insomnios ya no serán compartidos.
Y me cuesta tu nombre y me olvido tu piel y me duermo de día y me pensás esta noche. La puta madre, cuanto cuesta soltarte. Liberaciones. Parece que ya pude. Parece que queda la nada. Parece que no queda ni la tristeza.
Update de esta mañana*(1/11/07):
Tu mensaje temprano en mi contestadora. Sabés que me levanto tarde. Tu falta de registro o de resignación. Mi negativa a atender el teléfono. Tu negativa a dejar de buscar. Resistencia. Liberaciones. Parece que el costo es alto. Parece que es cuetión de costumbre. Parece que no entendiste nada. La puta madre, cuanto te cuesta soltarme. No, no estoy llorando es sólo resfrío. La vida sigue amigo. Sólo que un poco más vacía.