10 may 2007

Carta para cuándo dejes de ser Letras...*

Va a llegar un día en el que entiendas el mundo.

Seguramente sea difícil. Seguramente el camino sea largo y las felicidades estrechas. Por eso quiero escribirte en este momento. Momento en el que ni si quiera sos deseo. Ni si quiera sos duda. Momento más que nunca, en el que empezás a ser en mí.
Hace relativamente poco tiempo, voy empezando a entender y siempre pienso que todos mis aprehendizajes te los estoy guardando, para algún día. Todo lo escrito es para vos. Por que sos en mí.
Pero hay algunas cosas que quiero darte antes, mucho antes de que empieces a ser. Cosas que quiero contarte, que quiero que sepas que hace un tiempo descubrí. Para que sepas que desde antes ya estabas. Sabé siempre que el mundo no gira a tu alrededor. Aunque yo te haga sentirlo así. Aunque cuándo te tenga, tu ombligo sea el centro de mi mundo. Afuera de mí, afuera de vos, afuera de nosotros y de lo que sea que seamos...el mundo sigue girando. No te lo pierdas. No dejes que yo me lo pierda.
No permitas que ningún llanto te detenga la marcha. Habrá tiempos de llantos. Tu tiempo se iniciará en un llanto. Será ese llanto, seguramente, el que inicie para mí otro tiempo. Tu infancia estará poblada por llantos que seguramente yo no sepa calmar. Seguí andando, cuándo se te empañen los ojos y se te ahoguen las charlas. Seguí andando incluso aunque sea yo la que te detenga. Cansate, golpeate, aprehendé a llorar y a defenderte. Rodeate de quienes te hagan libre. Mejor persona. Contá en un puño a los amigos. Volvé a mí una y mil veces. Haceme libre.
Te imagino aveces cambiando mi universo. Dándome infinitas nuevas dimensiones, enfrentándome al miedo más bravo y a la calma absoluta.
Ya te siento parte. Alma. Inconsistencia. Presencia.
Ya te siento y ni siquiera estás llegando. Ni siquiera imagino tu cara. Ni siquiera me estás usando de nido. Pero traigo ancestralmente grabado el sonido de tu risa. Es un sonido que nació conmigo.
Nacer. No sos ganas, no sos presente , no sos todavía vida y ya te tengo entre mis luces.
¿Vos también me ves flotando en tu futuro?
Sos.
La certeza de poder amar para siempre.
El temor a no tenerte.
La incertidumbre de verte.
El instinto de sobreprotegerte.
La libertad de liberarte.
El sueño de dormirte.
La insanía de escribirte tantos años antes.
Las ganas de que algún día pueda traerte. Para que empieces a ver el mundo.
Tal vez sólo seas imaginación pero recordá, en el momento que leas estas letras, que traigo ancestralmente grabado el sonido de tu risa. No importa de donde vengas, ni quién sea tu padre. No importa que flotes un tiempo en mi vientre o que traigas otra sangre. No importa cómo huelas, cuánto tardes o lo que seas. Lo real es que hoy, a años luz de que suenes, sé exacta y perfectamente cuál será... el sonido de tu risa.
Y ya te amo.

* (... y te transformes en hijo)